domingo, 16 de marzo de 2008

Violencia familiar: una pesadilla dentro de casa

La sensibilidad social sobre los casos de violencia familiar es una de las principales causas que funciona como motor de denuncia y que dejan en evidencia una conducta que hasta hace pocos años parecía invisible.
LA GACETA - ON LINE - TUCUMÁN

Por miedo, falta de información, de medios económicos y de contención emocional, numerosas víctimas permanecen durante muchos años en un verdadero calvario. A menudo sostienen la situación y tratan de ocultarla, para resguardar a los hijos. Desconocen que éstos se dan cuenta de lo que sucede y sufren un trauma más serio que el ocasionado por una separación.
Hay mujeres que necesitan irse del hogar para resguardar su integridad, pero no tienen dónde alojarse con sus hijos. Ni la propia familia se quiere hacer cargo, por temor a sufrir alguna consecuencia de parte del agresor. Cuando consigue separarse, es frecuente que el agresor quede en contacto con los hijos y les inculque el odio contra la madre, descalificándola y haciéndola responsable por la ruptura de la familia.
La Asociación Atenea colaboró desde 2006 en la elaboración de un proyecto de ley de refugio para víctimas, y otra de registro de padres obstructores de los vínculos con los hijos. Pero no han llegado a tratarse en la Legislatura.

Guía y apoyo emocional
Toda mujer que ingresa al Departamento de Violencia Familiar del municipio (avenida Roca 255), accede a los grupos de autoayuda y recibe apoyo emocional, acompañamiento en las gestiones legales, trámites para su inserción laboral y otras acciones. “Las recibimos, les brindamos afecto, las derivamos a los centros donde serán bien atendidas y hacemos el seguimiento del caso”, comentó Regina Perea, de la Asociación Atenea.
Sus integrantes intervinieron en casos graves donde se hacía necesaria la presencia de mujeres que hubieran pasado por la misma situación.
“Ayudamos a víctimas que, a pesar de la ayuda económica que les daba el Estado para que pudieran vivir solas, volvían continuamente con su pareja. Estaban en riesgo de muerte ellas y sus hijos. Tratamos de que salieran de esa situación patológica, de que lograran romper su vínculo con el agresor”, explicó Perea.
“La mujer golpeada no ve la salida. Le parece imposible, porque no tiene un trabajo, sus hijos son chicos y la sociedad minimiza el problema. La misma Justicia y los medios hablan de ‘crimen pasional’, algo que connota infidelidad y culpabiliza a la mujer”, agregó.
Carmen, una de las integrantes del grupo estuvo colaborando en el Centro de Atención a la Víctima, en Don Bosco 1886, y vio que muchas mujeres que se atreven a denunciar no son tratadas con la seriedad que merecen. “Si la mujer no va medio muerta, no le toman la denuncia. Le dicen cosas como: ‘Dale otra oportunidad’... No entienden que cuando una se anima a denunciar es porque ya ha llegado a un punto insoportable. En muchas comisarías dicen: ‘Qué habrás hecho vos’ y no le dan importancia. Por eso hay casos que llegan a la muerte”, afirmó Carmen.

Gritos en el vacío
Por lo general, en la Justicia, las defensorías oficiales civiles y penales no ofrecen un servicio efectivo que ayude a la víctima a escapar del infierno en que se encuentra. Sólo a través del consultorio gratuito del Colegio de Abogados se obtuvieron algunos resultados positivos, según detectó la asociación.
“Todo acto de golpes y lesiones, así como las amenazas de muerte, deberían tramitarse por la vía penal. Pero nunca prosperan. Nunca se llega a encarcelar a un agresor, salvo cuando la víctima queda malherida o muerta. Incluso hay casos como el ocurrido hace poco en Tucumán, en que la mujer fue baleada y después levantó la denuncia porque no tenía medios para vivir separada de su marido”, señalaron.
También comprobaron que la Justicia casi nunca cita a las víctimas para que ratifiquen sus denuncias, a pesar de que la ley establece que se lo debe hacer en un plazo de 24 horas. Ni siquiera se les informa sobre sus derechos. El proceso penal, entonces, queda sin efecto.
Todas las mujeres creen que con poner la denuncia en la Policía es suficiente, pero es en las comisarías donde muere la mayoría de los intentos, según afirmaron las integrantes del grupo. En muchas comisarías se niegan a recibir la denuncia o extienden una simple constancia por “desavenencia conyugal”.
“Mi ex marido es policía. Cuando fui a denunciar en la comisaría, al enterarse de eso me dijeron que no me convenía denunciarlo. Que él iba a quedar sin empleo y que mis hijos no iban a tener qué comer -contó Raquel (45)- Además, en los juzgados civiles también hay maltrato por parte de las personas que atienden”.
Regina considera que el personal policial destinado a esta área debería ser seleccionado en virtud de su calidad humana. “También debería ser gente que sea sensible y se interese por la violencia familiar”, propuso.
En algunas raras ocasiones, la víctima encuentra en la Policía una adecuada contención. Tal como le sucedió a Sonia (46). “Yo he tenido esa buena suerte. Un agente de apellido Lazarte, de la comisaría 12, me ha tomado la denuncia y me ha dicho: ‘Señora, por favor no le abra la puerta a su marido. Si quiere le mando un oficial para que vigile en el momento en que él vuelva -recordó-. Pero mi caso ha sido un milagro. La gran mayoría no encuentra esa contención”.
Sonia estuvo casada durante siete años con un ex sacerdote, que la sometió a maltrato psicológico y -en los tramos finales de la convivencia- a violencia física, según contó.

Enlace a la Nota Original

18 comentarios:

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El otro Monzón


Washington Cucurto

Roxi estaba en la vereda, fumando un porro con los chicos de la esquina. Andaban insomnes por el cambio de hora. Hacía mucho calor esta nochecita de marzo, segunda semana escolar y bulliciosa de niños a la salida del colegio. Roxi vivía sola y estaba enamorada de un señor más grande que ella, un verdulero y ex boxeador que había nacido en Bernal, allá por los años grises, en un oscuro barrio de casitas de adobe. Carlos, su nombre, Carlos Monzón le decían, pero su apellido era Pili. Carlos Pili era un nombre muy gay para un boxeador, así que el hombre mastodóntico había optado por la fuerza y la energía del apellido de su homónimo Carlos, el boxeador Monzón.

Carlos Monzón Pili, estaba casado con una evangelista católica que mucho lo amaba y dos retoños le había dado, una gran mujer, hermosa por dentro y por fuera. Diez años de alegría, niños y amor habían fortalecido a estos dos seres que, remando los avatares de la vida veían los esfuerzos del trabajo. Habían comprado una casita linda en el tanguero barrio del Abasto, en la mítica calle Perón, como no podía ser de otra manera, pues nuestro caballeresco boxeador era peronista a ultranza, de los peronistas de derecha seguidores de Rucci. ¡Qué será! ¡Un pecado de clase!, pero bueno, así es el pueblo a veces. Tonto.

Roxi vio venir a Carlos Monzón Pili caminando en dirección a su casa. Grande fue su alegría, que siempre soñaba dormir con su amor, con besarlo a la luz de la luna, y despertar tempranito, comprar el diario y prepararle el mate cocido. Se levantó de su sitio y corrió a abrazarlo. Subieron por el ascensor hasta el piso trece. Él rechazaba sus besos como si ella tuviera lepra o Mal de Chagas. Entraron.

Después de una saga de insultos y reproches varios, la agarró de un brazo y la tiró por el balcón. Eso es todo, ocurrió ayer, señores. Roxi cayó los 13 pisos sin tiempo de llorar.

En el bolsillo de su pantalón habían quedado las llaves y la puerta estaba cerrada. Carlos Monzón Pili la rompió
a las piñas.


En el 10º año del Proyecto Listas y Foros - Jorge Garaventa - marzo 2008

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Listas y Foros de Jorge Garaventa -
Nota Clarín marzo 2008
UN TRIBUNAL DE LA PLATA LE DIO 22 AÑOS DE CARCEL

Condena a un contador que golpeó y ahogó a su esposa en la pileta

La atacó enfurecido porque la víctima lo engañaba. Aunque el condenado sigue negando ser el asesino, la Justicia fue derribando sus coartadas. Después de matarla, trató de hacer pasar el hecho como un robo.

Por: Rodolfo Lara
Fuente: LA PLATA. CORRESPONSAL

Algo lo impulsó a suspender la poda del ligustro en la casa de su hermana. Tal vez, con su regreso abrupto a la casa de Gonnet encontraría la evidencia del engaño de su mujer. El sabía de los amantes, pero ese mediodía su esposa, Analía Escamochero, estaba sola en la pileta de lona a medio llenar. Un par de minutos más tarde flotaba muerta por los golpes de un hombre y la asfixia del agua tibia.

Dos años y medio después, el Tribunal Oral en lo Criminal IV de La Plata condenó por ese homicidio a Leonardo Crespo, el marido de la víctima. La pena: veintidos años de prisión. Hubo atenuantes, aunque no por la infidelidad matrimonial "que oradó su mente" sino por la falta de antecedentes penales.

El tribunal acreditó por evidencias y testimonios que el 5 de marzo de 2005 Crespo ingresó a su casa de Gonnet -a 10 kilómetros de La Plata- para retirar dinero antes de trasladar a sus hijos, que permanecían con su hermana, hasta el club del Círculo Policial.

Algo disparó la agresión: ¿La escucha de una conversación por celular de Analía con alguno de sus amantes? ¿Un reproche destemplado en medio de la conversación? El detalle corresponde al íntimo secreto que aún guarda Crespo, porque en el juicio se declaró inocente, lejos de la escena del crimen y "destrozado" por la muerte de su esposa.

Los jueces Caputo Tártara, Gloria Berzosa y Juan Carlos Bruni (h) no creyeron su versión. Con elementos de prueba acreditaron que el hombre golpeó en la cabeza a Analía, mientras permanecía sentada en una silla dentro de la pileta. Y que después la ahogó. Sofocado por el calor y el peso de la muerte, Crespo todavía tuvo reacción para simular un robo detrás del asesinato, e inició un movimiento de muebles, cajones... También abrió las perillas de gas de la cocina.

Un rato después, estaba con sus hijos Malena (9) y Juan (14) en el Círculo. Permaneció allí hasta casi la noche. Fue su coartada. Amigos y conocidos ratificaron su estadía entre las 14 y las 18.30. Hasta mostró tickets de compras en esos horarios.

Un dato contribuía con la estrategia de la defensa. El perito forense Juan Luis Alsina, responsable del informe preliminar de autopsia, estableció sin contundencia el deceso a las 14 horas del 5 de marzo. La imprecisión obraría a favor del acusado. No obstante, como lo estableció Caputo Tártara, la cronotanatología es una ciencia de aproximación, no de exactitud, que revele puntualmente la hora de esta muerte y de otras de similares características. "En este caso -dice el dictamen- el medio acuoso donde permaneció la víctima luego de su asfixia" incorporó elementos distorsionantes.

Ese mediodía, Analía recibió llamados telefónicos de dos de sus amantes. No contestó. El último fue 12.30. Cuarenta y cinco minutos después, un par de jardineros que realizaban tareas en la cuadra tocaron timbre en su casa. Se sorprendieron al ver la puerta del garage entreabierta. Insistieron. Un grito los inquietó pero pensaron que la dueña decía "ya voy" o algo así. El mismo grito, pero de manera más inquietante, escuchó una vecina. Su marido intentó subir la tapia para mirar el patio de los Crespo, pero recibió el reto: "No está bien espiar; queda mal".

Algunos testimonios mencionaron peleas y agresiones entre los esposos. Otros dijeron que eran una pareja normal. Dos declaraciones ayudan a entender por qué, a veces -tal la apreciación del tribunal- las apariencias engañan. Fabiana Adriana Jáuregui, amiga de Analía explicó que "ese matrimonio era un desastre". El propio Crespo le confesó que no tenía relaciones sexuales con su esposa y que sentía el deseo frustrado. Sabía que Analía lo engañaba con otros hombres.

"Divorciate por dignidad", recomendaba entonces Jáuregui. "No tengo plan B. Esa casa es para mí, Analía y los chicos o no es para nadie".

Su esposa consideraba que era "un pescado... un boludo". ¿Por qué no lo abandonaba?. Confesaba con frecuencia que era "por seguridad económica".

La última semana, Analía tornó en preocupación aquello que parecía "desparpajo". Leonardo le había detectado un mensaje comprometedor. La amenazó: "Si vos me decís quién es tu amante, no te mato".

Nadie puede asegurar que hubiera cumplido su palabra. Como asegura Jáuregui, "ese matrimonio era un desastre".



Cuidar a las otras víctimas


Eduardo Parise

Desde el momento en que Analía Escamochero apareció ahogada en la pileta de lona del fondo de su casa ya pasaron tres años. Fue una muerte terrible que en ese momento provocó espanto. La cuestión se potenció cuando detuvieron y acusaron a su marido. Ayer, por el crimen, Leonardo Crespo fue condenado a 22 años de cárcel. Detrás queda una historia conmovedora. Pero hacia adelante hay algo mucho más importante para cuidar: el futuro de los hijos de la pareja, un chico de 14 años y una nena de 9. Con la mamá muerta y el papá preso, ellos son las otras víctimas.


La novia que se casó con un vestido negro
La relación entre Analía Escamochero y Leonardo Crespo fue conflictiva desde el comienzo. El testimonio de una amiga de la víctima describió a la infidelidad como una situación existente durante casi todo el matrimonio. Y como en un círculo sin fin, aparecieron las agresiones, las amenazas y la obsesión.

El contador Crespo se esforzó por demostrar en el juicio que su familia era "modelo, envidiada por la relación con su esposa, hijos y el progreso alcanzado". También que en el hogar de Gonnet "jamás hubo violencia". Pero la mayoría de los testimonios dibujaron con palabras una realidad muy distinta. "No sé por qué seguían juntos", dijo Fabiana Jáuregui, una compañera de trabajo muy cercana a Analía, quien en ocasiones también hizo de confidente de Crespo.

La testigo aseguró que Escamochero no tenía reparos en mostrar sus noviazgos. Inclusive su amiga dijo: "se enamoraba y hasta planeaba separarse para ir a vivir con ellos".

Javier conoció a Escamochero en las oficinas de una AFJP donde la mujer trabajaba. Le dijo a los jueces que la invitó a salir y que a la víctima no le molestaba mostrarse en el centro de La Plata cuando salían juntos.

En su testimonio, Jorge -otro de los amantes de Analía- contó que en 2001 Escamochero apareció en el trabajo golpeada, con marcas en el cuello.

Pero el dato aportado por Alejandra -hermana de Analía-, no pasó inadvertido: la víctima se casó embarazada y, para expresar su disconformidad, con un vestido negro.

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SU MARIDO ES UN RECONODIO MEDICO MENDOCINO QUE ESTA PROFUGO DE LA JUSTICIA
Una abogada vivió un calvario de 10 años que terminó con su muerte
Según sus hermanas, el marido es un golpeador. El certificado de defunción dice que tuvo un paro cardíaco. Pero el médico que lo extendió no revisó el cuerpo y luego se descubrió que tenía el cráneo fracturado.
Por: Rafael Morán
Fuente: MENDOZA. CORRESPONSAL

BUSCADO. OSCAR TARQUI DIJO QUE LUCILA, SU MUJER, MURIO DE UN PARO CARDIACO. LUEGO DESAPARECIO.

Detrás de los anteojos negros escondía los golpes que solía darle su marido. Quién lo hubiera dicho: el matrimonio de María Lucila Lucero y Oscar Tarqui parecía perfectamente feliz. Ella era abogada, él es médico traumatólogo. Ella aguantaba todo por su cuatro hijos: las infidelidades de él, sus maltratos físicos, la vergüenza. Pero el hogar que tanto protegía fue su patíbulo: la madrugada del viernes 12 de enero, una trompada de él le hizo perder el equilibrio, y Lucila rodó por las escaleras. Cuando la caída terminó, el cráneo estaba fracturado.

Esa, al menos, es la principal hipótesis del fiscal Luis Correa Llano, de Godoy Cruz. Allí nadie hubiera imaginado este desenlace para una historia de amor de más de diez años. Al menos, nadie que estuviera fuera del círculo íntimo de la pareja. Sus vecinos no salen del asombro: "Parecía un matrimonio normal", dicen. Ahora Oscar Tarqui, ex director del Hospital Central y ex precandidato a intendente de la ciudad de Mendoza, está prófugo. Y los familiares de Lucila se atreven a contar la otra historia: la del infierno que ella vivía puertas adentro.

"Sabíamos que él le era infiel con muchas mujeres. Incluso lo he visto pasear por la calle con otra mujer. Ella también lo sabía, pero lo perdonaba por sus hijos", contó a Clarín Albina, la hermana mayor de Lucila. Los hijos son cuatro: dos varones y dos mujeres, de entre 18 y 28 años.

También por ellos Lucila no denunciaba los golpes que su marido le daba cada vez que ella le reclamaba por sus infidelidades. Incluso trataba de mantenerlos en secreto. Sólo una vez se animó: fue en agosto de 2006, cuando lo denunció por golpes y una jueza de Familia ordenó la exclusión del médico del hogar. Pero cuando llegaron las fiestas de fin de año, ella lo perdonó y él volvió al hogar. "Lo hizo por sus hijos", aseguró ahora Albina.

De todas formas, la acumulación de violencia hasta la actualidad decidieron a Lucila. Iba a dejar a Oscar, revela Albina. No tuvo tiempo.

Lucila trabajaba en la Secretaría del Juzgado Civil 20º de Mendoza. Sus compañeros sabían de los maltratos que sufría, porque muchas veces iba a trabajar con anteojos oscuros para ocultar los hematomas.

En diciembre Lucila decidió tomar una licencia. Estaba estresada y el estrés le generaba taquicardias. Albina dijo: "Ella no era cardíaca; tenía un gran estrés por lo que soportaba desde hace años. A tal punto que el cardiólogo la derivó a un psicólogo".

Las taquicardias parecen haber sido la excusa perfecta para Tarqui, según creen los investigadores judiciales. Después de que cayera por las escaleras, ante el cuerpo inerte de su esposa el marido diagnosticó paro cardíaco. Eso figura en el acta de defunción, firmada por el médico personal de Lucila, que es amigo de Tarqui. Pero fue hecha sin revisar el cadáver y sin una autopsia.

Inmediatamente después de la tragedia hubo que avisar a los hermanos de Lucila, que viven en Córdoba y Buenos Aires. En cuanto supieron la noticia, algunos de ellos sospecharon. "La noche anterior habíamos hablado hasta las 3 de la mañana y nos reímos como locas. Estaba todo bien. Y a las 7 me avisan que había muerto de un infarto", relató Albina, que fue la última en hablar por teléfono con ella.

Albina fue la última en llegar al velatorio. Dos horas antes del entierro, el sábado 13, los seis hermanos reunidos cerraron la puerta de la sala velatoria y revisaron el cadáver.

"Estaba irreconocible, desfigurada. Tenía el ojo completamente hinchado y morado, marcas en el cuello, como si hubieran querido asfixiarla, y magullones en los brazos, la entrepierna y las manos", describió a Clarín Elba, una de las hermanas de Lucila.

Después de ver el cadáver, Albina corrió a la fiscalía a pedir que no se cerrara la causa y no enterraran el cuerpo. "La asistente del fiscal me dijo que era un caso cerrado. Que yo no era nadie para reclamar que no se cerrara el cajón, que la potestad de la persona y los bienes de mi hermana eran del marido", contó.

Finalmente Lucila fue enterrada el sábado 13 en el cementerio privado de Guaymallén. Si bien la causa se cerró, la insistencia de los hermanos de ella logró que se abriera una nueva, a cargo del fiscal de delitos complejos Luis Correa Llano. Lo primero que hizo el fiscal fue pedir la exhumación del cadáver para realizarle exámenes forenses: estos revelaron que la mujer tenía un golpe en el ojo y una fractura en la parte posterior del cráneo.

"El golpe evidencia la típica caída del motociclista cuando cae en el asfalto", sugiere el informe forense. El fiscal cree que Tarqui le pegó a su mujer en la planta alta de la casa familiar, y que Lucila rodó por la escalera. En esa caída se fracturó la base del cráneo, lo que le provocó la muerte. Por eso, Correa Llano le imputó a Tarqui homicidio preterintencional. Este delito lo comete el que quiere causar un daño en el cuerpo (con una trompada) y termina matando (la víctima se golpea la cabeza contra el piso).

El jueves último, cuando la Policía buscó a Tarqui en el Hospital Central donde trabajaba, no lo halló. Tampoco estaba en su casa. Sus vecinos del barrio dijeron que no lo ven desde hace días.

Uno de los hijos de la pareja aseguró que estaba al tanto de la imputación a su padre. Pero los demás hijos no quisieron hablar: a pesar de que reconocieron ante el fiscal que su papá golpeaba a Lucila desde hace más de una década, no creen que sea un asesino. La hija mayor es la única que mantiene el diálogo con sus tías: ellas insistien para que la Justicia esclarezca la muerte de Lucila, aun a costa de desmentir los retratos de felicidad familiar que parecen esconder tras las sonrisas años y años de martirio.

Nota Clarín marzo 2008 - Publicada en Listas y Foros de Jorge Garaventa

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MARZO 2008
Volver a empezar después de la violencia familiar

Miles de mujeres golpeadas pasaron en la última década por uno de los primeros hogares destinados a brindarles refugio y protección en el país, la Casa Abierta María Pueblo, que funciona en La Plata. Sus historias son testimonio de un flagelo creciente, que amenaza a una de cada dos mujeres en la Argentina y que, según los especialistas, no despierta la suficiente consciencia social.
Por OMAR GIMÉNEZ

A veces las aspiraciones más sencillas pueden parecer inalcanzables. Como la de María, cuyo anhelo es brindar con sus hijos en Navidad. Un deseo aparentemente tan fácil de cumplir y que sin embargo nunca pudo concretar. Porque hasta hace apenas 17 días y durante más de 25 años, María vivió en una pesadilla. Recordarla es tan doloroso que la deja exhausta, llorando en silencio. Entonces se concentra en el trabajo de sus manos y lo hace con tanta obstinación que le alcanzaron dos días para aprender a manejar con destreza la máquina de coser industrial que le dieron en una de las casas del Refugio Hogar Casa Abierta María Pueblo. Es en ese lugar donde María vive hoy, contenida y resguardada de la violencia de su ex pareja, que afuera la busca como tantas veces sin saber dónde está. Si la encontrara -y esto lo sabe- se reiniciaría el ciclo de la violencia que María conoce tan bien. Ese que la dejó sin dientes (así de certera fue aquella trompada de su ex que nunca va olvidar) y que le desvió para siempre uno de sus ojos. Concentrada en la máquina de coser hasta abstraerse, María olvida. María busca empezar de nuevo.

Salir del círculo interminable de la violencia familiar es un desafío múltiple, dicen quienes lo protagonizan. Hay que resolver la cuestión legal, alejar al golpeador, asegurar el bienestar de los hijos, recuperar la autoestima castigada. A veces construir una casa nueva, lejos de todos los antiguos vínculos. Y perder ese miedo omnipresente aprendido con los años. Es un camino que se va transitando de a poco y con esfuerzo. Y en el que la vida va recuperando su color hasta convertirse en una nueva, más digna, dicen las mujeres que lo consiguen y que ayudan en la contención de las que se animan a buscar ayuda por primera vez.

Vivir en un refugio es el último recurso al que apelan los especialistas para resolver la situación de las mujeres víctimas de violencia y de sus hijos. Estos refugios, cuyo primer exponente latinoamericano nació en Lima, Perú -y una de cuyas principales características es que su ubicación es secreta- suman apenas un puñado, menos de una decena, en todo la Argentina. Uno de los primeros que existió en el país está en La Plata: es el Refugio Hogar Casa Abierta María Pueblo, una organización no gubernamental sin fines de lucro creada con el objeto de brindar gratuitamente y en forma totalmente anónima seguridad, contención afectiva y representación legal a mujeres y chicos víctimas de la violencia familiar.

La entidad -que cuenta con tres refugios- funciona en La Plata desde 1997. En ese lapso, fueron asistidas en el lugar más de 16.000 mujeres y los casos más extremos requirieron el alojamiento de familias completas por períodos variables, comprendidos todos entre los 3 días y los tres meses. Sus historias son, inevitablemente, dramáticas. Y reflejan en toda su magnitud el drama de una problemática que la sociedad no asume como propia.

"Por acción u omisión, la violencia familiar está legitimada socialmente", dice el abogado Darío Witt, fundador y uno de los coordinadores de María Pueblo junto a Mónica Limblond. Y aportan los resultados de algunos estudios recientes que ayudan a asomarse a la magnitud del problema. Una encuesta hecha por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a 25.000 mujeres de 10 países que arrojó como conclusión que 5 de cada 10 reconocía haber sido víctima de violencia familiar. Las 99 muertes enmarcadas en el fenómeno de la violencia de género que marcaron un record en noviembre de 2007 en la Argentina. O un reciente estudio del Banco Interamericano de Desarrollo que revela que el 25% de las mujeres argentinas es víctima de violencia y el 50% corre el riesgo de serlo.

Las historias de Ana María y de María son apenas dos de las que se esconden detrás de la contundencia de esas cifras. Ana María llegó refugiada a una de las casas de María Pueblo hace ya siete meses, en circunstancias desesperadas. María lo hizo hace apenas unos días. Para ambas, la llegada al refugio representa un antes y un después: la promesa de una vida mejor, lejos de los golpes, las amenazas y el desprecio. Justo en el momento en que tocaban fondo, ajenas a cualquier esperanza.

LA HISTORIA DE ANA MARIA

Estaba internada en un nueropsiquiátrico cuando se enteró que en La Plata existía un refugio para mujeres golpeadas que no tenían donde ir. Se lo dijo una psicóloga y Ana María se conectó con el lugar en cuanto pudo salir del hospital. Hasta allí había llegado después de tratar de suicidarse con pastillas tras presenciar una escena dantesca: ella llegando a casa decidida a irse con sus seis hijos, por primera vez repleta de coraje, con todos los bolsos armados. Y su marido oponiéndose a toda costa, ciego: al final, al verla tan decidida, había rociado a los dos más chicos (de 6 y 8 años) con nafta y amenazaba con quemarlos si ella se iba, dice Ana María.

¿Cuándo había empezado todo? Cuando eran novios, afirma sin dudar, aunque entonces confundió esos primeros indicios de violencia con otra cosa menos grave. Con un cierto desprecio, le parece, una subestimación recurrente hacia ella, hacia sus capacidades, hacia sus cosas.

Quince años tenía cuando se casó. Estudiaba, trabajaba. Pero de a poco su ex marido empezó a coartarle libertades.

"No quise dejar de estudiar. Y empezaron los golpes", cuenta ahora en un alto del trabajo con las máquinas de coser en los talleres de María Pueblo, donde aprendió costura y recuperó las ganas de hacer.

A los golpes prontó se le sumó el recurrente maltrato psicológico y el maltrato sexual. Y hasta la intimidación con armas de fuego que incluyó, en una ocasión, un disparo al aire que pasó muy cerca de su cabeza. Entonces Ana María dice que decidió que había llegado el momento de huir como fuera.

Consiguió que su hermana la alojara junto a los chicos, a pesar de queeran muchos y eso representaba un verdadero contratiempo. Pero su pareja la fue a buscar, la obligó a volver a la casa y se renovaron los golpes.

"Hice denuncias en comisarías, pero nunca pasaba nada. Aún cuando iba golpeada. Peor fue cuando denuncié que mi marido me obligaba a tener sexo. Me decían simplemente 'cómo va a abusar de vos si es tu marido'. Más tarde me daría cuenta que todas las mujeres que conocí en el refugio tuvieron problemas similares al denunciar. Es que ni en la policía ni en los juzgados de familia están preparados para atender este tipo de casos", dice.

Ana María cuenta que el episodio en casa de su hermana terminpo de cerrarle su única vía de escape posible.

"Mi hermana se asustó y ya no quiso volver a darme refugio por temor a que mi pareja tomara represalias con ella. Eso suele suceder. Otro problema es que la mujer golpeada no quiere separarse de sus hijos. Y cuando tiene muchos hijos, como es mi caso, que tengo seis, alojarla en cualquier lado es un problema", dice Ana María.

Ahora que suma siete meses refugiada en el hogar María Pueblo, Ana María va recuperando de a poco la esperanza. Ayudada por la ONG construye una casa donde piensa mudarse con los chicos, lejos de su antigua casa, que por lo demás ya no existe: cuenta que su marido la quemó cuando ella se fue.

"Hay mujeres a la que les cuesta tomar la decisión de separarse por las cosas mateiales que pierden, por la casa, por esas cosas. Pero cuando tocás fondo nada de eso te importa, sólo salir. Ahora encontré la libertad y poco a poco voy recuperando la autoestima, las ganas de trabajar. Y hasta perdí el miedo a que me encuentren, que durante los primeros meses no me dejaba vivir", dice.

LA HISTORIA DE MARIA: "HOY SOY FOBICA A TODO"

Allá en el campo, entre la quintas, se escondió durante años el sufrimiento de María. Más de 25 años, dice ahora, de caer y recaer en el ciclo de la violencia. De escapar con sus hijos a cuestas y volver con la cabeza gacha porque no había donde ir, porque por miedo nadie le abría la puerta. De sufrir en silencio. De sufrir llorando. De denunciar sin encontrar respuesta. De perder los dientes, el orgullo y la integridad con cada golpe, con cada abuso, con cada insulto.

Hace pocos días que María está en el refugio y la sombra de la violencia todavía está muy presente en su vida. Es cierto que la dirección del lugar es secreta, es cierto que cada mujer y cada chicos allí alojados cumplen a rajatabla con el compromiso de no revelarla a nadie, ni aún a los seres queridos con tal de evitar el acoso de los maridos golpeadores. Pero nada alcanza para mitigar al miedo que hace rato se convirtió en compañero.

"Tengo miedo de todo, soy fóbica a todo", dice sin levantar jamás la mirada y el relato de las violencias vividas, de las violencias todavía temidas empieza a brotar como una catarata de singular crudeza.

"Fueron 25 años de golpes, de maltrato psicológico. Me celaba hasta con mis hijos, a los que también maltrataba cuando me defendían y ellos lo hacían siempre, sobre todo los mayores. Cuando me escapaba con ellos y volvía porque no tenía donde ir había dos o tres días de paz, de una paz tensa. Después empezaban de nuevo los golpes y el miedo. Jamás viví tranquila", dice.

María tiene 39 años y aunque vivía encerrada en su casa del campo, no podía librarse de los celos de su marido, que no la dejaba salir y hasta le impedía cuidar a sus hijos.

"Sólo me daba órdenes. Llegaba a cualquier hora después de pasar días afuera sin dar explicaciones y me exigía que le cocine. A veces no había nada, ni gas en la garrafa. Entonces me obligaba a hacer fuego con leña y arreglarme para darle algo de comer", dice con el mismo tono angustiado.

Una de las vivencias más dolorosas que le dejaron los años de violencia sucedió en una parada de colectivos: "me atacó con un palo a la vista de mucha gente. Y más que los golpes, me dolió que nadie tratara de defenderme. En la mayoría de los barrios pasaba eso: pensaban que una paliza pública era una cuestión doméstica y nadie se metía".

Después llegaron las huídas desordanadas. Salir a la noche llevando a los chicos. Y hasta dormir a la intemperie con todos ellos, con tal de estar lejos de los golpes.

"Pero hay muchas amenazas sobre una mujer sola en la calle y tarde o temprsano tenía que volver porque nadie quería darme refugio a mi y a los chicos", dice María.

Ahora, María se recupera en María Pueblo y sus hijos también. Concentrándose en el aprendizaje de costura en el taller descubre la habilidad de sus manos, recupera la autoestima y la esperanza. Y se anima a tener una ambición modesta: una navidad en la que pueda brindar con sus hijos sin miedos ni amenazas.



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Jorge Garaventa
jorgegaraventa@hotmail.com.ar
MSN jorgegaraventa@hotmail.com
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Insitucional dijo...

MALTRATO FAMILIAR. en eldorado un hombre mató a su mujer y luego se quitó la vida antes sus hijos

La violencia doméstica continúa destrozando hogares en Misiones

:: La provincia cuenta con una moderna legislación, pero no se cumple con la protección de las víctimas que debería estar a cargo de los juzgados de familias con equipos multidisciplinarios en diversos municipios
23-03-08
http://www.territoriodigital.com/nota.aspx?c=7821389183457296

Insitucional dijo...

SOBRE SU PAREJA PESABA UNA ORDEN DE ALEJAMIENTO
Muere una mujer de 40 años apuñalada en su domicilio de JijonaLa Policía Local de Jijona, Alicante, ha confirmado a primera hora de esta mañana el fallecimiento por arma blanca de una mujer de 40 años, que recibió una puñalada en el interior de su domicilio. Su pareja se encuentra custodiada por la Guardia Civil por su presunta relación con los hechos. La muerte de esta mujer eleva a dieciocho el número de mujeres fallecidas por violencia doméstica en lo que va de año.
http://www.libertaddigital.com/noticias/kw/domestica/violencia/violencia_domestica/kw/noticia_1276326309.html

Insitucional dijo...

RED DE PERIODISMO SOCIAL
En un año se asistieron 1.300 casos de violencia contra mujeres
El problema no sólo afecta a personas de bajos recursos; de hecho entre las denunciantes figuran esposas de funcionarios y de profesionales. No son crímenes pasionales

La es­pe­cia­lis­ta Lu­cía Brio­nes recomendó a los medios de co­mu­ni­ca­ción no utilizar la frase “crimen pasional” cuando se trata de muertes dentro del ámbito familiar y de la relación de pareja. “En España ya hay una ley que prohíbe usar esa frase, porque se está justificando de alguna manera un asesinato; se está justificando la conducta del agresor”, dijo. “Es un círculo infernal de donde es muy difícil salir”

La violencia contra la mujer es una pandemia mundial. Fue definida de esa manera por la Organización Mundial de la Salud para señalar el impacto que causa la problemática en la sociedad. Y Tucumán no es la excepción. En lo que va del año, y en menos de tres meses, cuatro mujeres murieron asesinadas por sus parejas: Graciela del Valle Rodríguez, de Los Nogales, fue muerta a puñaladas por su esposo Sixto Aranda, el 17 de enero. El otro caso, se registró el 10 de febrero y el agresor fue un oficial auxiliar -Marcelo Pérez- quien golpeó a su mujer, Mariana del Carmen Espinoza, hasta matarla .
En tanto, Alba Estela Ponce murió a tiros el 12 de febrero, en el comedor de La Cartujana, a manos su ex pareja Héctor Benito Delgado, quien luego del homicidio se suicidó. El primer domingo de marzo, en El Siambón, la violencia se cobró la vida de una cuarta mujer, Romina del Milagro Pistán, quien fue degollada por su pareja, Carlos Alvarez. El homicida luego se quitó la vida.
La situación se agrava: en un año, suman 13 las mujeres víctimas de la violencia doméstica. La jefa del Departamento de Violencia, Mujer y Derechos Humanos, de la Dirección de Familia y Desarrollo Comunitario de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, Lucía Briones, indicó que en la Argentina mueren cinco mujeres cada dos días, como consecuencia de los golpes o de un arma que disparan esposos o ex concubinos. “Sin embargo, todavía no ven estos hechos como un problema social como ocurre con la drogadicción, el alcoholismo, el tabaquismo o las muertes por accidentes automovilísticos”, indicó. En ese departamento municipal se reciben 20 denuncias por semana: la edad de las denunciantes oscila entre 15 y 70 años, y lo que llama la atención es que esas mujeres no sólo provienen de sectores de bajos recursos, sino que abundan las de clase media y media alta: “esposas de funcionarios, de profesionales, y de docentes universitarios, entre otros”, indicó la especialista. Tampoco incide la edad ni la cantidad de años de casadas en que las mujeres deciden pedir ayuda.
“Ahora se animan a cortar esa relación violenta después de toda una vida. Como el caso de una señora de 74 años que luego de 50 años de casada , dijo basta, porque sus hijos que fueron testigos de la violencia, repitieron esa historia en sus hogares”, añadió la profesional.

Incremento del 30 %
En los últimos seis meses, el Departamento de Prevención y Asistencia de la Violencia Familiar de la provincia atendió y asistió 1.300 denuncias de mujeres, víctimas de la violencia. En la mayoría de los casos, el agresor era la pareja o cónyuge.  La titular del área, Rosa Alastuey, dijo que, respecto del año pasado, los casos de violencia se han incrementado un 30%. Y por día la cifra aumenta en la línea telefónica 102, que es gratuita, como en las comisarías y en los juzgados de Familia. 
Los expertos han coincidido en definir la violencia de género como todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se produce en la vida pública como en la privada. Afirman que no es un problema que afecte tan sólo a las mujeres pobres o del tercer mundo; afecta a mujeres de todos los grupos raciales y económicos.
El viernes, en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, fue presentado el Protocolo Básico de Actuación en Casos de Violencia contra la Mujer, cuya importancia radica en que se señala allí la manera de proceder y el comportamiento que deben asumir los funcionarios públicos y las asociaciones civiles ante la recepción de una denuncia sobre violencia de género.

FUENTE LA GACETA ONLINE
MARZO 2008

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NUEVO HOGAR PARA VICTIMAS DE VIOLENCIA DOMESTICA
Desafío cumplido
30.05.2008

El jueves 5 de junio, Ceprodih inaugura su segundo hogar para la atención de madres y niños víctimas de violencia doméstica en Montevideo, denominado Hogar Desafío.
El 5 de junio a las 10 hrs. Ceprodih (CENTRO DE PROMOCION POR LA DIGNIDAD HUMANA), Asoc. Civil sin fines de lucro, inaugura su segundo hogar para la atención de madres y niños víctimas de violencia doméstica en Montevideo, denominado Hogar DESAFIO.

Desde el año 2000, CEPRODIH, en convenio con INAU, viene implementando diversos programas de atención y promoción para niños/as y sus madres en situación de alto riesgo social; durante los primeros 8 años abocados principalmente a familias en situación de calle.

Pero frente a los reiterados y gravísimos casos de violencia que han alarmado a las autoridades y a la opinión pública y ante el hecho de que no existiera en Montevideo un Centro de Atención a las Víctimas que quedaban desamparadas, CEPRODIH en un nuevo convenio con INAU reconvierte su labor y dirige sus esfuerzos hacia la atención de familias (mujeres con niños) víctimas de violencia doméstica.

Este hogar permite atender diariamente unas 20 mujeres y 50 niños de 0 a 18 años, los cuales se suman a otro número similar atendidos en el Hogar Puerto.

Un equipo interdisciplinario, integrado por asistente social, psicólogo, abogado, sexóloga, acompaña a la madre en su proceso de concreción de un proyecto de vida alternativo; por otro lado, educadores, maestros, psiquiatra infantil, trabajan con los niños a fin de que puedan reconstruir sus vidas y alcanzar un desarrollo pleno según su etapa etaria.

Conscientes de que uno de los factores que determina la permanencia de la mujer en un entorno agresivo es la dependencia económica, Ceprodih brinda a la mujer la posibilidad de capacitarse en diversos rubros a través del programa Promover e insertarse al mercado laboral ya sea accediendo a un trabajo dependiente (en alianza con empresas públicas y privadas) o generando un pequeño emprendimiento productivo, que le permita en corto plazo generar ingresos suficientes con los cuales sostener a sus hijos de manera digna y sustentable.

Instrumentar un hogar de 24 hrs., para 70 personas, los 365 días del año, sin duda es sumamente costoso. Uno de los aspectos más positivos a destacar, es la participación de diversos actores públicos y privados y la movilización de recursos en torno a este emprendimiento:

Destacamos los esfuerzos llevados adelante por entre el Ministerio de Vivienda y el Servicio de Garantías de Alquiler de la Contaduría General de la Nación, para que la ONG pudiera contar con garantía a la hora de arrendar la casa para este fin. El apoyo de INDA con alimentos secos y la coordinadora de OLLAS POPULARES con alimentos frescos.

Además contamos con el fuerte apoyo de organizaciones de la comunidad, para el equipamiento brindado por la Filial Montevideo de B`nai B`rith, asì como la Embajada de EUA, Reaching U (Asoc. Uruguayos en EUA); Fundación Beisso, Club Damas Zonta, Asoc. Flias. del Bid, y empresas como Algorta con los pañales, KPMG en el asesoramiento contable, Nuvó, etc.

Información enviada por Lic. Adriana Abraham, Directora de CEPRODIH

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Una mujer muere cada tres días a manos de su pareja
Así lo indica el Informe 2008 de Amnistía Internacional Argentina, desde donde piden que se declare a la violencia contra las mujeres como un problema de Estado. Proponen un plan de acción y sostienen que no reciben respuestas por parte del Gobierno.
Lorena Villafañe - lvillafane@losandes.com.ar
En España la violencia contra la mujer es un asunto de Estado. En lo que va de este año (hasta el 20 de mayo), han muerto en ese país 33 mujeres por "violencia machista".

En Argentina -según un relevamiento hecho por Amnistía Internacional en su Informe 2008 (de enero a marzo)- se registra 1 femicidio cada 2,5 días. No obstante, no existe al menos una política pública integral que prevenga y, sobre todo, que contenga a las mujeres víctimas de violencia de género.

La cifra nacional parece increíble y en cierta forma no es certera. La realidad es otra, aunque desconocida, ya que no hay registros oficiales sobre la cantidad de crímenes contra mujeres que hay en la Argentina. La cifra de Amnistía Internacional está basada en un relevamiento que se realizó de las muertes en manos de sus parejas publicadas en diarios escritos y on line del país.

"Sólo con esos datos sabemos que una mujer muere cada 2,5 días a mano de su pareja o su ex pareja. Pero, por ejemplo, una mujer que está dos meses en un hospital y muere a causa de los golpes no sale en los diarios. Tampoco las que se suicidan porque están hartas de los malos tratos. Se registran como un suicidio y no se indaga en las causas", comentó el director ejecutivo de Amnistía Internacional Argentina, Rafael Barca.

Otros de los datos relevados indican que: hay 1,5 casos de violencia contra la mujer (doméstica, en el ámbito laboral, en la calle) al día; 1 caso de violencia física (agresiones o muertes) cada 1,5 días; 1 de violencia sexual (agresiones o muertes) cada 1,3 días; 1 caso de violencia doméstica (en el ámbito de la familia) cada 1,8 días.

El año pasado -también según casos relevados por medios- fueron 89 las mujeres que murieron en manos de sus parejas. Mientras que, en los primeros 66 días de este año, fueron asesinadas 33 por esta causa.

"La violencia contra la mujer es una violación recurrente de los derechos humanos que se repite día a día en la Argentina sin que el Estado actúe aún de manera urgente. Se precisa un plan a nivel estatal que contenga medidas concretas y efectivas para erradicarla", reclama el informe de esta organización. El 25 de noviembre pasado, Amnistía propuso al Gobierno un "Plan de Acción de 14 puntos contra la Violencia Doméstica" (ver aparte).

"Pero no hemos recibido respuestas a nuestras comunicaciones por parte del gobierno. En los últimos 10 años ha habido avances en esta lucha. Pero se necesita subir el problema de categoría, es necesario convertirlo en un problema de Estado. Hace falta un plan integral de lucha. Pero para que esto sirva, es imprescindible crear a la vez un plan de lucha por la igualdad de derechos", agregó Barca.

No hace mucho tiempo que los estados están considerando la violencia de género como un grave problema para el desarrollo de los países. La incidencia económica que tiene esta problemática en las sociedades es comprobable.

"La violencia contra las mujeres empobrece a la sociedad desde el punto de vista económico, político y cultural, al limitar el papel activo que pueden desempeñar las mujeres en el desarrollo de su comunidad", sostiene el informe que Amnistía Internacional publicó pare el 25 de noviembre, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Y agrega que, "de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en 1996, la violencia contra las mujeres le costó en promedio a los países el dos por ciento de su Producto Bruto Interno (PBI), equivalente a días no trabajados, gastos de hospitalización, servicios de emergencia y albergues, entre otros".

Además, señala las falencias de la Justicia en el tratamiento de los casos. "Con frecuencia, los sistemas de justicia penal las consideran a ellas responsables, afirmando que fue ?incitada' o ?instigada' por la propia conducta de la mujer".

A estas falencias del sistema se suman otras. El informe destaca que en el país no hay espacios suficientes para atender a las mujeres maltratadas, que el Estado no está brindando de manera correcta la asistencia jurídica gratuita ni está creando conciencia del acceso a la Justicia como un derecho.

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SAN ISIDRO BsAs lunes 11 de agosto de 2008) Diariamente se conocen nuevos casos de mujeres maltratadas o asesinadas y Argentina no desarrolla aún un plan de acción contra la violencia de género

Amnistía Internacional desde octubre de 2007 viene instando a las autoridades a abordar con medidas efectivas la violencia machista, pero todavía no se han dado avances y compromisos importantes en este tema

El caso de Gabriela Núñez, una joven rosarina de 16 años, es uno de los últimos incidentes de violencia machista que en Argentina ha terminado en muerte. Lamentablemente no es el único.

"La violencia contra la mujer está tan enraizada en la sociedad, que diariamente se conocen casos de mujeres maltratadas, asesinadas o atemorizadas por sus parejas o exparejas. Es lastimosa la inacción del Estado ante una violación de derechos humanos tan flagrante. Aún no se ha desarrollado un plan de acción en contra de la violencia de género, con medidas coordinadas y efectivas", señala Rafael Barca, director ejecutivo de Amnistía Internacional en Argentina.

Amnistía Internacional en enero de este año comenzó a relevar los casos de violencia contra la mujer publicados en algunos medios de comunicación impresos y online del país. Este ejercicio de recuento, que no abarca toda la realidad, arrojó como dato muy alarmante que en los primeros cinco meses del año, al menos, una mujer muere cada dos días a mano de su pareja, ex pareja o miembro del núcleo familiar.

"Nos sorprende que las autoridades argentinas no aborden el tema de la violencia contra la mujer como lo que es: una violación recurrente de derechos humanos. Este tema se debe atender como un verdadero problema de Estado", agrega Barca.

Desde octubre pasado, Amnistía Internacional ha instado al Gobierno a tomar acciones efectivas para erradicar la violencia de género. En octubre de 2007, durante la campaña electoral, tanto a la hoy Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, como al resto de candidatas y candidatos, se les entregó el documento "Elecciones 2007: llamamiento para la creación de un Plan Nacional de Derechos Humanos", en el que se incluyó el tema de la violencia de género, como una grave preocupación de Amnistía Internacional en materia de derechos humanos. El día de la asunción de Cristina Fernández de Kirchner, el 10 de diciembre de 2007, se le reenvió ese documento y, además, en noviembre de 2007 y en mayo de 2008, Amnistía Internacional le hizo llegar el documento "Violencia doméstica, un problema de Estado", que contiene un Plan de 14 puntos contra la violencia en el ámbito familiar.

El Estado argentino tiene contraídas obligaciones nacionales e internacionales para erradicar la violencia contra la mujer y la discriminación de género. Así se recoge, por ejemplo, en diversa normativa nacional, en la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) o en la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (conocida también como Convención de Belem do Pará).

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Aumentan los casos de violencia familiar
http://www.diariohoy.net/notas/verNoticia.phtml/html/268579154/0000/Exigen-plan-de-acci%F3n-nacional/?1024

Exigen plan de acción nacional

Se reciben entre 15.000 y 17.000 denuncias por mes en el servicio de emergencia 911. Esto explica el 70 por ciento de las salidas de los patrulleros. La mayoría de los casos se dan en la convivencia. Profesionales platenses analizan el origen y las posibles soluciones para combatir la violencia doméstica

Con las manos temblorosas, Natalia (31 años) acerca la taza de café a su boca. Su mirada está perdida, sumergida en un mar de recuerdos aterradores. Gritos, puñetazos, vejaciones, un diente roto. Son las imágenes que la sacuden desde el pasado, y que aún hoy le provocan terror. “Mi padre me violó, me dejó embarazada y aborté. Recién pude denunciarlo en la adultez. Antes tenía miedo, me golpeaba. Viví varios años en el infierno”, dijo entre lágrimas a Hoy.
Sus tristes recuerdos brotan como los récords que ahora salen a la luz: por mes se reciben en el 911 -servicio de emergencia para denunciar delitos- un promedio de entre 15.000 y 17.000 llamados relacionados con violencia familiar. Peor aún, la violencia doméstica explica el 70 por ciento de las salidas de patrulleros.
Estela Díaz, coordinadora del Programa de Atención a Mujeres Víctimas de la Violencia, indicó que el 911 recibe “500 llamados por día por casos de violencia intrafamiliar. Y agregó que cuando aparecen espacios en donde las personas pueden ser escuchadas, “es enorme la demanda que aparece. La violencia en el seno de la familia es un tema muy antiguo, pero lo que aparece como dato alarmante es que ahora se ve”.
La suma de llamados revela que la franja horaria comprendida entre las 20 y las 3 de la mañana es la que registra mayores emergencias; que los fines de semana concentran la mayor cantidad de pedidos de auxilio y que causas tan triviales como un resultado adverso en el fútbol son muchas veces el disparador de una situación de violencia doméstica.
El crecimiento de casos de violencia familiar -más allá de la fría, y no menos alarmante, estadística- demuestra también la falta de un plan integral a nivel nacional, la desintegración de la familia y la realidad indigente que viven cientos de familias en nuestro país (ver opiniones aparte).
El relevamiento realizado a través del 911 indica que las ex parejas son los principales victimarios (19 por ciento de los casos) después de las parejas convivientes (45 por ciento), y que cada vez son más los hijos adolescentes y varones que agreden a sus madres (4 por ciento de los llamados). El resto se divide en diferentes cuestiones ligadas -la mayoría- a problemas entre padres e hijos.
“En los últimos años se logró desnaturalizar la violencia familiar. Se ve este problema no sólo como de seguridad sino como un problema de salud, de violación a derechos humanos básicos como es vivir una vida libre de violencia”, contó la coordinadora del Programa. No obstante, Díaz sostuvo que “hay tanta violencia física como psicológica”.
Esos llamados también ponen de manifiesto que hay momentos en los que se repiten los episodios de violencia. Por ejemplo, cuando las ex parejas van a ver a sus hijos o a pagar la cuota alimentaria: “Esto demuestra que faltan mecanismos de intervención y el victimario se siente con impunidad para actuar. Es por eso que la violencia se repite”, explicó Díaz.
¿Cómo resolverlo? Uno de los mecanismos que se estudian es el de exigir tratamientos psicológicos para hombres que tienen antecedentes de violencia contra la mujer. O bien soluciones operativas, como implementar mecanismos para que otra persona se encargue de hacer de nexo entre el golpeador y la ex pareja.
Por un plan nacional
Los casos de violencia familiar se multiplican. Niños abusados, ancianos maltratados, mujeres golpeadas y hasta asesinadas como el caso de Gabriela Núñez, la joven rosarina de 16 años, que logró avisarle a su madre a través de un mensaje de texto que su novio “intentaba matarla”. A las pocas horas, la joven recibió con un tiro en la cabeza.
“La violencia contra la mujer está tan enraizada en la sociedad que diariamente se conocen casos de mujeres maltratadas, asesinadas o atemorizadas por sus parejas o ex parejas. Es lastimosa la inacción del Estado ante una violación de derechos humanos. Aún no se ha desarrollado un plan de acción en contra de la violencia de género, con medidas coordinadas y efectivas”, explicó Rafael Barca, director ejecutivo de Amnistía Internacional en Argentina.
Amnistía Internacional en enero de este año comenzó a relevar los casos de violencia contra la mujer. Este ejercicio de recuento -que no llega a abarcar toda la realidad- arrojó como dato muy alarmante que en los primeros cinco meses del año, al menos, una mujer muere cada dos días a mano de su pareja, ex pareja o miembro del núcleo familiar.
“Nos sorprende que las autoridades argentinas no aborden el tema de la violencia contra la mujer como lo que es: una violación recurrente de derechos humanos. Este tema se debe atender como un verdadero problema de Estado”, agrega Barca.
Desde el año pasado se instó al Gobierno a tomar acciones efectivas para erradicar la violencia de género. Y se entregó a la presidenta Cristina Fernández un documento para la creación de un Plan Nacional de Derechos Humanos. Pero aún no hubo respuestas.

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Conflicto doméstico en Oreamuno, Cartago

Hombre estrangula a esposa y se suicida en un bosque

Vecinos aseguran que la pareja tenía una relación armoniosa

Padre dejó una carta a su hijo sobre el uso que debe dar a unos ahorros
San Pablo, Oreamuno. La habitual armonía de un matrimonio cartaginés –admirado en esta comunidad agrícola por sus fuertes lazos familiares– se rompió ayer con violencia luego de que el marido estrangulara a su esposa antes de quitarse la vida en un bosque cercano.

La muerte de Gerardo Gómez Gómez (de 42 años) y de su esposa, Marta Alvarado Zúñiga (35), hizo llorar a todo un pueblo.
Solo ellos saben lo que pasó. Mi cuñado era una persona tranquila y llevadera”, expresó Luis Alvarado, hermano de la mujer.

Gómez, trabajador de un parqueo en Cartago, anunció a una cuñada (esa misma mañana) que atentaría contra su esposa.

En el momento de la agresión (10:30 a. m.), los hijos del matrimonio –de 7 y 17 años– no estaban en la casa. En ese mismo sitio (Bellavista de San Pablo, Oreamuno) Marta Alvarado administraba un pequeño abastecedor.

Ataque. “Era un matrimonio excelente. Esto es imposible de creer. Los cuatro (padres e hijos) siempre andaban juntos. Nunca escuchamos que tuvieran problemas”, contó Fanny Umaña, una vecina cercana.

Gómez estranguló a su esposa en una habitación. Algunos lugareños lo observaron salir del inmueble a toda prisa.

“Una vecina me dijo que Marta tenía un problema de salud. Corrimos unas celosías y la observamos en la cama.

“A patadas abrí la puerta y entré. Para ese momento no tenía pulso”, expresó Rándall Mora, su vecino más cercano.

Gómez corrió hasta un bosque y utilizó un mecate para quitarse la vida. En la casa dejó una nota en la que gira instrucciones a su hijo mayor sobre el uso que debe dar a unos ahorros.

La pareja no tenía antecedentes de violencia doméstica, confirmaron las autoridades.

“Eran buenos vecinos; personas muy trabajadoras. Yo nunca los escuché pelear o decirse cosas. Era una pareja normal”, agregó el vecino Mora.

Marta Alvarado provenía de una familia de siete hermanos, originaria de Paraíso, Cartago. Vivía en Bellavista de San Pablo desde hacía 12 años y hace cinco administraba el abastecedor.

Los vecinos la recuerdan como una mujer emprendedora. “Gerardo (Gómez) no era agresivo; mas bien era bromista y servicial. Marta nunca me dijo que le pasara algo”, declaró Seidy Masís, su ayudante en el abastecedor.

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Querétaro, 19 Mayo 08.- Luego de sostener un altercado con su mujer, el sujeto la estranguló y luego se suicidó al colgarse de una cinta atada al cuello, en la comunidad de Miranda, Municipio de El Marqués.

De acuerdo a la Procuraduría General de Justicia, las víctimas tenían su domicilio en Avenida Estado de México s/n, comunidad de San Isidro Miranda, donde fueron localizados los cuerpos.



La pareja fue identificada como Eliza Melina Guerrero Cruz y Valdemar Vargas Pedraza, quienes dejaron en la orfandad a dos menores.


Al conocer de los hechos, la policía investigadora y el ministerio público, acudieron al domicilio señalado, encontrando a una mujer y un hombre sin signos vitales.


En la vivienda había desorden, propio de un altercado, además de indicios que permitieron determinar que en primer término ocurrió un homicidio y posteriormente, un suicidio.


De acuerdo a la versión de los testigos, Elisa Melina y Valdemar Vargas mantenían una relación sentimental desde hace algunos años; sin embargo, hacía tres meses que se separaron por diferencias entre ellos.


El domingo a las 17:00 horas aproximadamente, ella acudió a la casa que antes habitaban, debido a que continuaban viéndose por los gastos de sus dos menores hijos. Estando en el interior del domicilio, surgió un conflicto entre la pareja, lo que provocó que Valdemar sujetará con un paliacate a Elisa hasta asfixiarla.


Posteriormente, el inculpado colocó una cinta e intentó colgarse hasta en dos ocasiones, siendo en la tercera donde logra quitarse la vida, vía ahorcamiento.


De acuerdo a los resultados de la necropsia la causa de muerte de Elisa Melina Guerrero Cruz fue asfixia por estrangulamiento, mientras Valdemar Vargas Pedraza, fue asfixia por ahorcamiento.


Cabe señalar que en estos momentos, los menores hijos de ambos se encuentran bajo el cuidado de sus familiares maternos.

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Estrangula a su mujer y después se suicida en Pamplona
La pareja era de origen ecuatoriano
Canarias 7, , 2007-04-20
EFE Pamplona

Una mujer de origen ecuatoriano ha sido encontrada muerta esta tarde en su domicilio de Tudela con síntomas de estrangulamiento, horas después de que apareciera el cuerpo sin vida de su pareja sentimental, ahorcado en un paraje de esta localidad navarra.

Según informaron fuentes de la Policía Nacional, que lleva el caso, el cadáver del hombre, de unos 22 años y también de origen ecuatoriano, fue hallado sobre las 9:00 horas colgando de un árbol en un paraje cercano al alto montañoso en el que se encuentra el monumento del Corazón de Jesús, en las afueras de la capital ribera.

Las mismas fuentes señalaron que las fuerzas de seguridad investigaron durante la mañana las circunstancias del suceso y fue sobre las 16,00 horas cuando acudieron al domicilio del fallecido, donde hallaron debajo de una cama el cadáver de su compañera sentimental con signos de estrangulamiento.

Por su parte, fuentes de la Policía Municipal de Tudela explicaron que la mujer, de unos 29 años, trabajaba en una empresa de congelados de la ciudad y convivía con el hombre en una habitación que tenían realquilada en una vivienda de la calle Díaz Bravo.

Las mismas fuentes señalaron que fue la propietaria del piso la que advirtió que la mujer no había ido hoy a trabajar, por lo que alertó de su ausencia a la Policía, que finalmente encontró su cadáver bajo la cama de la habitac

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ESPAÑA
Un joven de 22 años estrangula a su novia y se suicida en Navarra
El cadáver de la víctima, de origen ecuatoriano, apareció horas después de hallar al agresor ahorcado en un paraje boscoso de Tudela.
Una mujer de origen ecuatoriano fue encontrada muerta ayer por la tarde en su domicilio de Tudela (Navarra) con síntomas de estrangulamiento, horas después de que apareciera el cuerpo sin vida de su pareja sentimental, ahorcado en un paraje boscoso de esta localidad.

La víctima es Flor María Camacho Torres, de 29 años, que trabajaba en una empresa conservera de Tudela. Es la primera víctima de violencia de género en 2007 en Navarra, una comunidad en la que en 2006 no se registraron muertes por este tipo de violencia. La policía recibió a las 9.20 horas un aviso sobre el hallazgo de un joven de 22 años, de origen ecuatoriano, ahorcado en la zona del Corazón de Jesús. Después, se dio la circunstancia de que la compañera sentimental de este hombre no había acudido a su puesto de trabajo, hecho que denunciaron sus compañeros. Así, sobre las 16.00 horas, la policía entró en el domicilio de la joven y la encontró muerta, debajo de la cama, con síntomas de estrangulamiento.

La principal hipótesis, según fuentes de la investigación, es que el joven cometió el crimen la noche del miércoles o a primera hora de la mañana de ayer. La víctima convivía con su compañero sentimental en una habitación alquilada. El alcalde de Tudela, Luis Casado, mostró su repulsa por esta muerte y apuntó que Tudela «había tenido la suerte hasta ahora de no haber tenido ningún caso de violencia de estas características y ahora tenemos que buscar todas las fórmulas para evitar que vuelva a suceder». El alcalde se refirió a la importancia de «concienciar a las mujeres de que hay que denunciar el maltrato, hay que perder el miedo, y la Administración tiene que estar siempre para ayudar a las víctimas». «No merece la pena aguantar, por lo que puedan decir o pensar si se rompe una relación», dijo.

La mujer asesinada en Tudela presuntamente a manos de su pareja no había presentando ninguna denuncia por malos tratos ante ningún cuerpo policial. Ni Policía Foral, ni Policía Nacional, ni Guardia Civil, ni Policía Municipal de Tudela habían recibido ninguna información relativa a supuestos casos de violencia doméstica contra Flor María Camacho Torres, según informó la director del Instituto Navarro para la Igualdad.

El cadáver de la joven de 29 años, natural de Ecuador y trabajadora de una empresa conservera en Tudela, fue hallado esta tarde sobre las 16 horas en la habitación alquilada donde residía, en la calle Díaz Bravo, número 4, con síntomas de estrangulamiento.

El cadáver fue levantado sobre las 21 horas. Previamente, sobre las 9.20 horas, fue hallado ahorcado su compañero sentimental, de 22 años. Fuentes de la investigación explicaron, como primera hipótesis, que el joven asesinó presuntamente a Flor María Camacho la pasado noche o a primera hora de hoy.

La directora del Instituto Navarro para la Igualdad lamentó que «difícilmente se puede intervenir en estos casos, cuando la administración no tiene conocimiento de estos hechos» y advirtió de que «la labor preventiva es importante, pero esto puede seguir sucediendo».

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Estrangula a su mujer y trata de suicidarse cortándose las venas

ESTHER ALVARADO

MADRID. La violencia de género dejó sin habla ayer a un pueblo entero. Apenas una semana después de celebrarse el Día contra la Violencia hacia las Mujeres, un hombre volvió a segar la vida de su esposa, esta vez en una pequeña localidad del sur de Madrid.
Casi nadie les conocía, pero en Serranillos del Valle apenas 2.000 habitantes ya se rumoreaba que la nueva pareja de inmigrantes ucranianos no se llevaba muy bien.

Si antes hubo violencia en su casa nadie lo sabe con certeza.A ella, M.M.X.Z., de 40 años de edad, no le dio tiempo de mostrar a sus vecinos casi nada de lo que ocurría en su hogar, reconstruido en la habitación alquilada de un chalé recién terminado.

De él, H.Z., sólo se sabe que tiene 43 años, que trabaja en la construcción y que sus manos son lo suficientemente fuertes como para estrangular a su esposa y abandonarla en brazos de la muerte.

«Al parecer habían discutido», explicó a este periódico Evelio Fernández, alcalde de Serranillos del Valle. Casi nadie los conocía, tal vez porque hacía pocos días que vivían en el pueblo. Pero la consternación dejó ayer a los vecinos sin palabras. Sólo en un mesón cercano los vieron más de una vez.

Hasta que la Guardia Civil tome declaración al presunto homicida, el relato de los hechos es un tanto confuso.

Al parecer, la pareja discutió en su habitación del número 38 de la calle de Madrid. El hombre perdió los nervios, abusó de su fuerza y estranguló a su mujer. Después, desesperado o arrepentido, trató de correr junto a ella y se cortó las venas de una de sus muñecas con una tijera, según la Guardia Civil. Pero no murió y, en lugar de esperar su final en la casa, se echó a la calle buscando no se sabe muy bien qué.

Alguien debió escucharlos discutir o le vio chorrear sangre calle abajo, porque la Guardia Civil recibió un aviso a primera hora de la mañana.

Pasadas las 9.00 horas, una pareja de la Benemérita del puesto de Griñón que patrullaba por Serranillos del Valle le vio sangrando abundantemente por una mano.

Cuando trataban de socorrerlo, H.Z. les confesó sin más su crimen: «He matado a mi mujer», dijo ante la sorpresa de los agentes.

En cuanto se aseguraron de que el hombre era atendido por efectivos de la Cruz Roja, los guardias civiles se acercaron al domicilio donde tuvo lugar el crimen, sin tiempo ya de socorrer a la mujer, que yacía muerta «por asfixia mecánica producida por estrangulamiento», según los efectivos del Insalud, que se trasladaron al lugar de los hechos con una UVI móvil.

El cuerpo sin vida de M.M.X.Z. fue trasladado al Instituto Anatómico Forense de Madrid donde se le practicará la autopsia por orden del titular del Juzgado número 1 de Navalcarnero, que instruye el caso.

Mientras, el presunto homicida confeso fue conducido al hospital del Getafe, donde quedó detenido e ingresado en observación mientras se recupera de las heridas que se infringió él mismo.

El alcalde de Serranillos del Valle no recuerda nada igual en el pueblo. Ayer se lamentaba de que la premura con la que sucedieron los hechos impidió que se pudiera hacer nada. «Si hubiera estado seguro de que tenían problemas, habría hablado con ellos», dijo con pesar.

Con la de ayer, ya son seis mujeres las que han perdido la vida en la Comunidad de Madrid a manos de sus parejas desde principios de año. El último caso fue el de Susana Valdivia, asesinada por su ex novio de golpes en la cabeza.

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OVIEDO. Un hombre de 89 años, Rafael de Luis Villacorta, se suicidó ayer en su domicilio en la calle Fernando Vela de Oviedo, tras estrangular con un pañuelo a su mujer, María Josefa Ronderos, de 80, enferma de Alzheimer.

Según fuentes policiales, el aviso fue dado por un familiar, quien a las 14.40 horas alertó de la presencia de los dos cadáveres en el interior de la vivienda, en las proximidades del campus universitario de El Milán.

Según indicaron a los periodistas diversos vecinos del inmueble, ninguno de ellos escuchó ruidos procedentes de la casa donde el matrimonio residía desde hacía 45 años y en el que ya no vivía ninguno de sus tres hijos.

Los vecinos, que pidieron no ser identificados, coincidieron en señalar que se trataba de una pareja "normal" y que en el caso de la esposa "salía poco a la calle" debido a su delicado estado de salud, pero su marido se desvivía por ayudarla". "Eran un matrimonio ejemplar y esto no tiene nada que ver con violencia doméstica. Se pasaba el día ocupándose de ella y todos nos hemos quedado de piedra al enterarnos", comentaba otro vecino de la pareja de ancianos.

En términos similares se pronunció la responsable de una peluquería anexa, de la que la víctima era clienta desde hace ocho años. "Estaba siempre muy pendiente de ella y venía a recogerla al salir de la peluquería y la llevaba de paseo. Todavía no me lo puedo creer", señaló la peluquera a los periodistas.

Aunque los vecinos descarten que se trate de violencia sexista, fuentes policiales que se encargan de la investigación del caso tratan de determinar si existían denuncias previas por parte de la mujer por malos tratos.

De confirmarse este extremo, María Josefa Ronderos sería la víctima número 63 de la trágica lista de mujeres asesinadas por sus maridos, compañeros o ex compañeros sentimentales en lo que va de año, la primera en este mes de diciembre. >efe


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Insitucional dijo...

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) La mujer que ayer fue asesinada por su concubino, quien luego se suicidó, había realizado numerosas denuncias por amenazas ante la Policía y a la Justicia, y llegó a pedir ayuda para "no aparecer en la tapa de los diarios luego de ser descuartizada". Sin embargo no fue suficiente la muerte anuncida. El marido la estranguló tras lo cual, se suicidó de un disparo en el pecho.

El caso de Tucumán reflota el drama de violencia doméstica o violencia de género.

Amnistía Internacional denunció hace unos meses atrás que una mujer muere cada 2 días, tal como publicó Urgente24.

Sin embargo, a 8 meses de tener como Presidente de la Nación a una mujer, que hace uso y abuso demagógico de la cuestión de género que la afecta, la Argentina continúa sin un plan de acción concreto.

La entidad sostuvo que el Gobierno no tiene una política para prevenir la violencia de género, pese a que se registra un caso de agresión física cada 36 horas y un ataque sexual por día.

El problema es global. Pero acá sorprende la inacción del Gobierno. “La Argentina tendría que darle más importancia al tema y tomar el combate a la violencia de género como un problema de Estado porque tiene compromisos a nivel internacional que tienen que cumplirse”, opina Rafael Barca, director ejecutivo de Amnistía en la Argentina al diario Cristica de la Argentina. Y apunta: “Con la presidenta Fernández de Kirchner nunca se ha tenido un encuentro.

En diferentes ocasiones se le ha solicitado llevar a cabo una reunión sobre la violencia contra las mujeres, pero no ha habido respuesta alguna. Lo único que se ha recibido es un acuse de recepción de los documentos. Nada más. Pero aún más importante es que no hay una respuesta efectiva y coordinada para las mujeres que están en peligro”.

“Lo revelado por Amnistía Internacional alarma, pero no sorprende –evalúa la abogada Luciana Sánchez, del Colectivo para la Diversidad–, Cristina embiste con miopía femicida sobre los cuerpos de millones de mujeres pobres.

La entrega secreta de planes sociales encubre el abuso sexual de los punteros barriales y municipales y no existe apoyo financiero para sostener a víctimas de violencia intrafamiliar fuera de las relaciones violentas."

Amnistía empezó a ocuparse de la violencia hacia las mujeres como una violación a los derechos humanos y comprobó que se produce más de un caso de violencia física (golpes o asesinatos) cada 36 horas. No es todo. Hay un caso de violencia sexual (violaciones, abusos o asesinatos posviolación) por día. Pero el peligro para las mujeres no está sólo en la desolación de una calle oscura.

Las cifras son –apenas– un esbozo del problema real ya que son las notificaciones o denuncias (policiales, judiciales o sociales) que llegan a ser publicadas por los medios de comunicación (nacionales y provinciales) y no todas las que se producen.

El relevamiento dimensiona el problema que, además, es aun mayor si se tiene en cuenta que la violencia machista afecta más a las mujeres que la delincuencia común. En un estudio realizado a partir de datos de la Policía Bonaerense en el libro Femicidio e impunidad, se mostró que el mayor riesgo para una mujer está de la puerta para adentro (y no para afuera).

El 83% de los crímenes femeninos fue calificado de femicidio (cuando una mujer es asesinada por su condición de mujer, por ejemplo, por despecho de su ex marido o para lograr violarla) y en el 68% de los casos las víctimas fueron asesinadas por su pareja, ex pareja, novio o amante.